El conductor del ex tesorero del PP cobró 48.000 € de fondos reservados
La clave de la misión secreta contra Bárcenas fue el papel de topo que desempeñó Sergio Ríos Esgueva, el chófer del ex tesorero del PP, que siguió de conductor de su esposa Rosalía mientras permaneció en prisión.
Ríos, que había sido militar y conductor de otros políticos, espió desde dentro a la familia Bárcenas. La confianza depositada en él sirvió para facilitarle su trabajo. Como infiltrado policial proporcionó a Villarejo y García Castaño, según Asuntos Internos, información de gran valor y el acceso a los inmuebles del ex tesorero del PP.
Por esa tarea de infiltración, el chófer recibió 2.000 euros netos mensuales procedentes de las arcas de los fondos reservados del Ministerio del Interior. El dinero se lo entregaba al topo, en mano, uno de los enlaces del Ministerio del Interior y el propio Villarejo.
El conductor llegó a percibir 48.000 euros en negro durante los dos años que duró su papel de infiltrado. Los pagos fueron autorizados por la cúpula del Ministerio de Interior y de la Dirección de la Policía.
El dinero era camuflado entre otras partidas
El dinero que recibía Sergio Ríos era camuflado en otras partidas policiales para que la operación anti Bárcenas no fuera descubierta por los altos cargos del Ministerio que desconocían el operativo.
Muy pocos conocían la existencia de un topo en el círculo más íntimo de Bárcenas. Según el informe entregado por la UAI a la Fiscalía Anticorrupción, los responsables de la misión policial eran los comisarios Enrique García Castaño y José Villarejo.
El procedimiento que se seguía en el Ministerio para la distribución de los fondos reservado era el siguiente: de la Secretaría de Estado pasaban las partidas aprobadas a la Dirección Adjunta Operativa (DAO) y a las comisarías generales de Información y de Policía Judicial. Eran los departamentos que centralizaban principalmente las misiones contra el crimen organizado -incluido narcotráfico- y el terrorismo. Del DAO también dependía la Unidad de Asuntos Internos (UAI), que solía disponer de fondos reservados.
Ríos, un colaborador fijo
En cada unidad existía una extrema fiscalización del destino de todo ese dinero, que obligaba al cumplimiento de una serie de formularios y protocolos operativos. Como regla general los colaboradores y confidentes policiales nunca firman un recibí tras la entrega del dinero por razones obvias de seguridad y confidencialidad,
Sin embargo, esa norma era vulnerada en las relaciones con el chófer de Bárcenas. Los agentes de la UAI encontraron entre la documentación intervenida a Villarejo recibos con la firma de Sergio Ríos, según fuentes policiales.
Ese procedimiento sorprende a altos cargos de la Policía, consultados por OKDIARIO. En la maquinaria policial existen gastos reservados que pueden ir acompañados de un recibo como el alquiler de una viviendas, la compra de material técnico operativo o gastos de otras infraestructuras, pero el dinero destinado al pago de colaboradores y confidentes sólo puede ser justificado por el agente que controla a los informantes. Él es quien firma el recibo en última instancia, en el que jamás se recoge el nombre del colaborador. Todo queda bajo la responsabilidad del profesional que dirige la investigación.
La Policía suele contar con dos tipos de colaboradores: unos fijos y otros, ocasionales. En el caso del conductor de Bárcenas acordaron que el topo recibiera su dinero de manera regular. Aunque ese tipo de acuerdo es el que menos gusta a los comisarios jefes, la importancia de la operación, ordenada por las máximas instancias del Ministerio, justificaba tal desembolso.